Universidad de Cimadevilla
Explorando la Historia de la Universidad de Cimadevilla
En el corazón del pintoresco barrio de Cimadevilla, en la Plaza Fermín García Bernardo, se alza un edificio de viviendas que encierra en sus muros una historia fascinante: la Universidad de Cimadevilla. Más que un centro de enseñanza convencional, este lugar fue un símbolo de aprendizaje, compañerismo y cultura durante décadas.
La Universidad de Cimadevilla, popularmente conocida por este nombre, fue concebida en un contexto único por el profesor Benjamín Ortiz, de la Universidad de Oviedo. Ortiz, tomando en consideración el antiguo asentamiento de pescadores donde se ubicaba este edificio, vio en él el escenario perfecto para fomentar el conocimiento y la educación.
Uno de los pilares fundamentales de esta institución fue el profesor Fermín García-Bernardo, quien impartió clases de Licenciatura en Derecho y preparación de oposiciones desde el curso académico 1942-1943. Su dedicación y compromiso personal con la educación dejaron una huella imborrable en las generaciones de estudiantes que pasaron por sus aulas.
La rejería que adorna los antepechos de los balcones del edificio es un testimonio tangible de la excelencia artística que caracterizaba a la Universidad de Cimadevilla. Estas elaboradas obras de arte no solo embellecen el entorno, sino que también reflejan el espíritu de innovación y creatividad que impregnaba el ambiente académico.
A lo largo de los años, la Universidad de Cimadevilla no solo formó a numerosas promociones de licenciados en Derecho, sino que también cultivó un sentido de comunidad entre sus alumnos. En 1959, se fundó la Asociación de Antiguos y Actuales Alumnos, con el objetivo de promover el compañerismo, el estudio y la cultura a través de becas y actividades culturales.
A pesar de que la Universidad de Cimadevilla ya no está en funcionamiento, su legado perdura en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de formar parte de ella. Este lugar, donde el conocimiento y la camaradería se entrelazaban en perfecta armonía, sigue siendo un recordatorio inspirador de la importancia de la educación y la cultura en la construcción de una sociedad más justa y próspera.