Iglesia de Santa María de Soto de Luiña
Iglesia de Santa María de Soto de Luiña: Tesoro Barroco de Asturias
En el idílico paraje de Soto de Luiña, en la hermosa región de Asturias, se alza majestuosa la Iglesia de Santa María, un tesoro arquitectónico que cautiva a todos los que tienen el privilegio de contemplarlo. Considerada uno de los conjuntos barrocos eclesiásticos más notables de Asturias, esta iglesia es un verdadero emblema de la riqueza cultural y religiosa de la región.
Construida en el siglo XVIII y ubicada en el histórico Camino de Santiago del litoral, la Iglesia de Santa María de Soto de Luiña ha sido declarada Bien de Interés Cultural en 1996, un reconocimiento merecido por su excepcional valor arquitectónico e histórico. Su estructura, de tres naves y cabecera semicircular coronada por una impresionante bóveda estrellada, es un testimonio de la grandeza y la maestría de la arquitectura barroca.
Al acercarse a la iglesia, uno no puede dejar de admirar su imponente torre, que se alza con orgullo en la entrada principal. La torre, de tres pisos y rematada por un elegante chapitel, es una obra maestra de la escultura barroca, adornada con hornacinas que albergan figuras de santos y una llamativa cornisa decorada con gárgolas en forma de cabezas de leones y dragones.
En el interior de la iglesia, la belleza y la grandiosidad continúan sorprendiendo a los visitantes. La cubierta en bóveda de crucería, el coro situado a los pies sobre un arco majestuoso y un magnífico conjunto de retablos barrocos del siglo XVIII son solo algunas de las maravillas que aguardan a aquellos que se aventuran dentro de sus muros sagrados.
Destacan entre los retablos el dedicado a la Virgen de la Humildad, adornado con una sobresaliente talla de San Vicente Ferrer, así como los retablos dedicados a la Adoración de los Pastores y al Rosario. En su interior también se encuentran verdaderas joyas de incalculable valor, como una custodia del año 1614 y una cruz procesional del año 1712, que testimonian la rica historia y la profunda devoción religiosa de la comunidad.
En conclusión, la Iglesia de Santa María de Soto de Luiña es mucho más que un lugar de culto; es un testamento vivo de la fe y la creatividad humana, una joya arquitectónica que merece ser admirada y preservada para las generaciones futuras. Su belleza atemporal y su significado histórico la convierten en un verdadero tesoro de Asturias, un lugar donde lo divino y lo terrenal se encuentran en perfecta armonía.