Dagüeño, Sierra de
Sierra de Dagüeño
Introducción:
La Sierra de Dagüeño es un cordal montañoso que se encuentra en la región de Asturias, España. Situada en la parte nororiental del concejo de Cangas del Narcea, en la línea divisoria con el concejo de Tineo, esta sierra es un paisaje de gran belleza y relevancia geográfica. En este artículo, exploraremos la situación geográfica de la Sierra de Dagüeño, sus características notables y otros aspectos relevantes de este lugar.
Situación Geográfica:
La Sierra de Dagüeño forma el lado occidental de las parroquias de Genestaza y Tuña y se extiende a lo largo de unos 6 kilómetros en dirección norte-sur. Esta sierra se caracteriza por presentar alturas significativas, como el pico del Malato, con una elevación de 1.434 metros, el alto del Presón, con 1.441 metros, el pico de Lancha, con 1.265 metros, el monte de Brañicán, que alcanza los 1.113 metros, y otros picos de menor relevancia.
La Sierra de Dagüeño actúa como una divisoria natural de las cuencas de los ríos Genestaza-Tuña y Dagüeño-Mieldes. El acceso a esta sierra se realiza desde el pueblo de Dagüeño a través del camino de Pena Mayor o algunas de las pistas forestales que se han habilitado recientemente para el ganado.
Características:
La cresta de la Sierra de Dagüeño se caracteriza por sus formas redondeadas y está cubierta de monte bajo y zonas de pasto utilizadas para el ganado vacuno. A lo largo de esta cresta, se encuentra una senda que ofrece vistas panorámicas al oriente, hacia el valle de Genestaza, y al occidente, hacia el valle de Mieldes. Las laderas de la sierra alternan entre zonas boscosas con árboles autóctonos y coníferas, así como áreas de monte bajo.
Conclusión:
La Sierra de Dagüeño, ubicada en Asturias, España, es un cordal montañoso de gran relevancia geográfica y belleza natural. Sus alturas notables y su ubicación como divisoria de cuencas fluviales la convierten en un lugar destacado en la región. La cresta de la sierra ofrece un entorno pintoresco, con sendas que brindan vistas panorámicas hacia los valles de Genestaza y Mieldes. La combinación de arboleda autóctona y coníferas en sus laderas agrega diversidad a este paisaje montañoso, contribuyendo a su atractivo y valor ecológico.